Sobre lo sucedido en la carrera de filosofía
Un cuatrimestre más que comienza en la carrera de filo, y un cuatrimestre más en donde los estudiantes asistimos al escenario ya cotidiano y naturalizado por muchos. De nuevo tenemos que asistir a clases teóricas superpobladas en donde los estudiantes cursamos sentados en el piso o escuchando desde afuera; materias en las cuales hay un promedio de 60 alumnos inscriptos por práctico –cómo en el caso de Lógica o Pensamiento Argentino y Latinoamericano-; y horarios imposibles para los que trabajan –como en el caso de la cátedra del senador Cabanchik, cuyos teóricos son los viernes a las 9 de la mañana-.
Lejos de considerar que estos son hechos meramente circunstanciales que los estudiantes debemos tolerar en cada comienzo de cuatrimestre, y que sólo es cuestión de esperar que pasen los primeros días de clase para que vayan menos compañeros a los teóricos –como dicen algunos profesores- o dignarse a comprar desgrabados de las clases, estos hechos sacan a la luz muchos de los problemas estructurales de nuestra universidad y de nuestra carrera. Estos problemas de ninguna manera pueden ser separados de la lucha que muchos estudiantes venimos dando por las cuestiones edilicias, de cogobierno y de mercantilización del conocimiento en nuestra facultad.
Además de asistir a los problemas frecuentes de nuestra carrera, no podía faltar aquello que aún siendo frecuente no deja de ser noticia. Este es el caso de la disputa por las designaciones de ayudantes de la materia Metafísica. Como es de público conocimiento, la disputa surgió a partir de las irregularidades de la selección interna de ayudantes pedida en marzo por la profesora Cragnolini –de la cuál ella, a pesar de haberla pedido, no fue llamada como jurado-. La profesora luego elevó al Consejo Directivo de la facultad el pedido de designación de dos ayudantes –que se habían presentado a la selección interna y luego se retiraron por el carácter discriminatorio de la misma- y de otros que habían salido elegidos en la selección interna. Esto generó el inmediato repudio por parte del Director de nuestra carrera y de la mayoría de la Junta Departamental de filo –entre ellos, la mayoría estudiantil, Poiesis (Puán para que?/Franja Morada)- responsables de las irregularidades de la selección interna, que se vio desesperada porque el dedo que designaba a los ayudantes en este caso era el de Cragnolini y no el de ellos. Vale aclarar, además, que todas estas designaciones no cuentan con renta alguna, debido a la asfixia presupuestaria del gobierno nacional y de la gestión trincherista de la facultad.
Nuestros consejeros directivos de La Juntada, conociendo la inmediata necesidad de aumentar el número de docentes que dicten Metafísica en este cuatrimestre, aprobaron la designación de todos los ayudantes que pidió la profesora Cragnolini, algo a lo cual la gestión trincherista se negó, designando sólo a dos ayudantes y otorgando asignación de funciones a los otros dos –lo cual demuestra su consecuencia con la política de precarización laboral de los docentes-. De esta manera, defendimos los intereses del conjunto de los estudiantes, manteniendo una posición independiente de las camarillas de la carrera de filo y de la gestión de Trinchero. Esta disputa, que por momentos mostró descaradamente la mediocridad y el espíritu camarillesco que abunda en la Junta de nuestra carrera (tanto por parte de la camarilla de Cassini-GAF-Barrio, como por parte de la de Cragnolini), esconde detrás de sí las condiciones antidemocráticas en que se toman las decisiones; demuestra una “legalidad” hecha para que un grupo minúsculo de profesores –menos de 30- establezcan lo que todos los estudiantes debemos soportar en nuestras condiciones de cursada y en los contenidos de la misma.
De la misma forma en que consideramos que la política académica es también política gremial, sostenemos también que es importante que los estudiantes nos organicemos, discutamos y luchemos; sabiendo que la disputa no es sólo contra Poiesis (Púan para que?/Franja Morada) que continúa poniendo la representación de la mayoría estudiantil al servicio de las camarillas y del clientelismo académico; sino también contra las condiciones antidemocráticas que predominan en las decisiones de nuestra carrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario