miércoles, 9 de abril de 2014

SÓLO LOS POZOS SE CONSTRUYEN DESDE ARRIBA

En la sesión de Consejo Directivo del día de ayer la gestión finalmente votó lo que desde La Juntada veníamos anunciando hace ya un par de semanas: dejar a un docente de la Facultad sin su sueldo. El caso es ya tristemente célebre: Octavio Colombo, docente de la carrera de Historia (JTP en Historia de los Sistemas Económicos A) dejó de percibir, a partir de la votación de ayer, la renta docente que tenía por su trabajo en el Instituto de Historia Antigua y Medieval. Desde La Juntada queremos expresar, una vez más y sumándonos a lo ya expresado por la AGD, la minoría de graduados y profesores en el Consejo y la casi totalidad de los docentes del Instituto, nuestro más hondo repudio a este hecho. Pero también nos interesa hacer algunos señalamientos sobre lo que implica para nosotros todo esto.
En primer lugar, queremos señalar la gravedad del hecho: el sueldo que decidieron sacarle a este docente pasa ahora a convertirse en un cargo político. Se suma, así, a la larga lista de cargos que creó la nueva gestión en la primera sesión de Consejo, en los que un secretario de la Facultad cobra más del doble que lo que percibe un profesor titular con dedicación exclusiva y máxima antigüedad. Y esto no es una especulación nuestra ni un rumor muy fuerte: son los dichos de las mayorías de profesores y graduados en el Consejo. Por si no quedó claro: un docente menos, un funcionario más. Ya esto es aberrante. Pero tomando en consideración la larga lista de docentes que trabajan ad honorem en la facultad (algo que quizás la gestión debería tener en cuenta), directamente se convierte casi en una cargada. Creemos que este caso sienta un precedente por demás de complicado para futuros manejos de los cargos docentes. Ahora resulta que la gestión puede reasignarlos a su propio sector político así como así.
En segundo lugar, no pensamos que nada de esto se pueda tomar a la ligera. En política se puede acordar mucho, poco o nada, pero del desacuerdo a la persecución política hay un trecho. Y esa línea es la que la gestión cruzó ayer. Colombo, además de haber sido Secretario General de la AGD Filo, es representante por el claustro de graduados en el Consejo Directivo por parte de la lista de izquierda opositora a la gestión. Que la gestión decida dejarlo sin su sueldo a la semana de haber asumido como representante en el Consejo no es un hecho menor.
Sorprenden los niveles de hipocresía a los que llega todo: la gestión, a la vez que envía masivamente un comunicado en el que expresa su voluntad de diálogo con todos los sectores y claustros de la comunidad educativa, decide unilateralmente de la mano de su mayoría automática en el Consejo quitarle la renta a un docente. Nos preguntamos entonces qué tipo de diálogo es el que pretende llevar adelante esta nueva gestión, o en qué términos pretende impulsarlo, si a la vez que hace un llamado masivo al mismo despide docentes entre las cuatro paredes del Consejo. A priori, no parece un buen arranque para una gestión que pretende presentarse como renovada y dialoguista que en dos de las tres primeras sesiones haya habido movilizaciones tanto estudiantiles, como de los sectores de graduados y de profesores que no comulgan con su proyecto político. Como mínimo, quedan algunas cuestiones que deberían replantearse. Empezar a escuchar al resto de la comunidad educativa, la primera y más urgente.
En tercer lugar, desde nuestro lugar como estudiantes no podemos hacer otra cosa que preguntarnos entonces cuál es el modelo de docente que defiende la gestión de la Facultad. Parece que el hecho de que haya llegado al Decanato una profesora de Ciencias de la Educación no cambia en absoluto el viejo sistema de premios y castigos con el que se manejó la gestión de Trinchero, en el que los docentes premiados son aquellos que se alinean con el proyecto oficialista y los castigados son los que van por la construcción de una alternativa. De méritos académicos, en la docencia o la investigación (o la conjunción de ambas) ni se habla. Y en estrecha relación con lo anterior: ¿qué modelo de universidad pretende impulsar la gestión de Filo? Bastante gala hacen de su posición opositora a la gestión de Barbieri en la UBA, pero ¿cuán opositor se puede ser si puertas adentro de Puan las prácticas no son tan distintas? Para plantearse ser oposición, el primer paso es diferenciarse. No alcanza con declaraciones altisonantes, hacen falta hechos concretos. Y a la hora de los hechos concretos, esta gestión que se plantea defensora de la democracia, el diálogo y la educación pública deja bastante que desear.

Creemos que sentar un precedente así desde las primeras sesiones de Consejo Directivo como nueva gestión de la Facultada no augura ninguna voluntad de consenso. Filo no es -o no debería ser- la quintita de la gestión. Es una institución educativa, y la época de las Universidades medievales ya quedó bastante atrás como para seguir manejando los puestos docentes con reminiscencias corporativistas: no comulgar con el proyecto político de la gestión no puede ser un impedimento para percibir un salario. Si la voluntad de dialogar fuera real, entonces lo primero es escuchar al otro. Acá no se escuchó absolutamente a nadie: ni a los estudiantes, graduados y profesores opositores sentados en el Consejo, ni a los docentes movilizados, ni a los investigadores del Instituto. Una vez más, la que decide es una minoría desde arriba. Y desde arriba no se construye nada. Sólo los pozos.

LA JUNTADA
Construyendo la Izquierda Popular

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Concuerdo en que en todo este debate de méritos académicos ni se habla, por eso les pregunto, desde el desconocimiento: ¿cuál es la trayectoria académica del prof. Octavio Colombo, qué publicaciones recientes ha hecho, cuáles son sus aportes en el Instituto donde tenía la renta? Lo pregunto de verdad, estoy intentando comprender el problema y me asombra porque en efecto no veo tampoco en los comunicados que recibí en defensa de Colombo que alguien hable de este punto. En mi modesto juicio ese sería el argumento clave para defender el cargo y mostrar que no se debía a beneficios por el lugar político que él ocupaba. Y como es muy probable que del lado de la gestión también haya cargos así, creo que el parámetro méritos académicos obligaría a blanquear el asunto en todos los frentes.

Anónimo dijo...

Durante las últimas semanas, Movimiento por Graduados pretendió montar una campaña de difamación a través de en diversos comunicados y declaraciones públicas, donde hablan de “despido” y “persecución política” hacia uno de sus consejeros, el Dr. Octavio Colombo. Frente a las mentiras y el oportunismo que esconden esas palabras, nos vemos en la obligación de hacer una serie de precisiones y dejar clara nuestra posición como Mayoría de Graduados en el Consejo Directivo de la Facultad. En primer lugar, la renta del cargo que ocupa el Dr. Colombo no es una renta docente ni de investigación sino de gestión. Su origen es la vacante de un cargo ocupado en la Secretaría de Investigación y Posgrado hasta el año 2012, cuando pasó a manos de Colombo. Se trata entonces de la restitución de un recurso institucional genuino. El funcionamiento de la facultad requiere de este tipo de designaciones para poder soportar el volumen de trabajo derivado de las tareas de gestión, lo cual nada tiene que ver con el reclamo por mayor presupuesto, que ha sido siempre una de nuestras banderas.
En segundo lugar, el Dr. Colombo no puede cobrar esa renta, ya que tiene otro cargo como Profesor Adjunto del Departamento de Historia y es investigador del CONICET, con lugar de trabajo en el Instituto de Historia Antigua y Medieval. La carrera del investigador científico del CONICET exige dedicación exclusiva, únicamente compatible con un cargo docente de dedicación simple. De conservar la segunda renta, esta sería descontada de su salario, perdiendo la facultad la posibilidad de darle otro destino. Es decir, en manos de Colombo, implica menos presupuesto para la facultad. Por último, lo que omiten MxG y Colombo es que la renta en cuestión fue otorgada por intermedio del ex Secretario de Investigación Claudio Guevara, con una simple evaluación de antecedentes y sin concurso abierto de selección, poco antes de romper vínculos con la gestión anterior. Más aún, la designación tenía como fin hacer un relevamiento de las actividades de investigación de la facultad entre los años 1987 y 2012, bajo la dirección del Prof. Carlos Astarita (Expte. Nro. 884075/2012); tarea que nunca fue realizada. Con la salida de Guevara, el proyecto quedó trunco, lo cual no impidió que el Dr. Colombo usufructuara la renta durante dos años. Como es de público conocimiento, el vínculo entre Guevara y Colombo se consolidó en el último año, cuando el ex Secretario decidió conformar una agrupación de profesores (actual Minoría en el Consejo), de estrechos lazos con MxG, compuesta también por personas otrora vinculadas y ahora enemistadas con la gestión. Ambas representaciones pregonan un “proyecto interclaustros” y desaprueban, con dedo acusatorio, supuestos “manejos punteriles y clienterales”, sin poder disimular la viga que tapa su propio ojo.
En la sesión del día de hoy, 8 de abril de 2014, el Consejo Directivo no renovó la renta del cargo que ocupa en el Instituto el Dr. Colombo. A su vez, la Decana anunció la decisión de utilizar esa renta para retomar el proyecto no realizado, haciendo una convocatoria abierta. Estamos dispuestos a debatir y defender las políticas llevadas adelante en la última década y nuestra propia participación como claustro dentro de una gestión cuya continuidad ha sido ratificada con amplio margen de votos. Podemos entender el desacuerdo de la Minoría -como cualquier oposición- ante las decisiones institucionales de una fuerza política contraria y una gestión de la que no forman parte. Pero no vamos a aceptar las mentiras ni la difamación. Mucho menos de quienes se llenan la boca mientras desperdician o usan para provecho personal los recursos de la facultad. Fuimos elegidos por el 48,46% del claustro para defender los intereses de todos los y las graduados/as y vamos a seguir llevando adelante, con seriedad, responsabilidad y compromiso, el proyecto político por el que nos han votado, pese a las chicanas, las mezquindades y el oportunismo.
Filo Vulevle