martes, 30 de agosto de 2011

Material para el Debate - Agosto 2011

Construyendo una alternativa más allá del capital

La situación política de nuestro país se desenvuelve en un marco muy particular que no se puede desestimar bajo ningún concepto, una crisis económica capitalista. Este proceso que se desató allá por el 2008 con las crisis de las hipotecas en los Estados Unidos, hoy asola de lleno el centro de la economía mundial. El gigante del norte está al borde del default, semana tras semana le proporciona las peores noticias a las bolsas del mundo. En Europa la crisis se manifiesta de diversas formas, Grecia es el eslabón más débil que hace tambalear con su crisis de la deuda a todo el viejo continente, poniendo en peligro el valor del Euro. Las soluciones propuestas son recortes salariales y de los gastos sociales, aumento de impuestos, despidos que profundizan aún más la desocupación y la pobreza. Ante las protestas y los levantamientos de los pueblos, desde Atenas hasta Londres, pasando por los indignados españoles, la represión es la respuesta de los gobiernos sean socialdemócratas o de centro derecha. Esta fenomenología da cuenta de los límites que el paradigma neoliberal exhibe para frenar la caída de la economía que provocó, el porvenir de su rumbo es muy incierto, por un lado las potencias emergentes encabezadas por China asoman en el centro de la escena como nuevos factores de poder y por otro, el peligro de recesión a nivel mundial se levanta como amenaza.


No sólo en Europa se resiste a los embates de la crisis. También en medio oriente las revueltas árabes sacudieron viejas dictaduras apoyadas por el imperialismo ante una insoportable situación de carestía, exclusión y opresión, exhibiendo a las juventudes como un actor político central.
En Latinoamérica algunas de las luchas más destacadas fuera de los países en los que se desarrollan procesos políticos y sociales más radicales, Venezuela y Bolivia, se están dando en Chile y se desatan contra uno de los modelos preferidos por el FMI y los Estados Unidos como ejemplo del neoliberalismo eficiente, comandado ahora por el derechista Piñera. Decenas de miles de compañeros/as estudiantes y docentes con un amplio apoyo popular están dando una batalla crucial contra el régimen privado de la educación instaurado en la dictadura de Pinochet y  profundizado por la Concertación, poniendo en jaque al gobierno.


En nuestro país, este año la situación política presenta un carácter particular atravesado por el calendario electoral, muy distinto al año anterior signado por el estudiantazo y otras luchas importantes. La coyuntura se enmarca en un crecimiento económico a grandes tasas,  sin sufrir todavía visiblemente los perjuicios de la crisis, gozando del beneficio de la bonanza sojera promovida por la demanda China. Esto puede palparse en el aumento en los niveles de consumo de la clase media y de los sectores más pobres, producto de la reducción de la desocupación y la implementación de algunas medidas redistributivas como la Asignación Universal por hijo. Lejos de reflejar un paso adelante hacia la liberación, esta situación tiene como trasfondo un crecimiento de la extranjerización de la economía, la expoliación de los recursos naturales con los agronegocios y la megaminería, importantes flujos de capitales que las multinacionales retornan a las matrices, una fuerte desigualdad entre los que más ganan y los que menos tienen, un nivel de salarios bajos que en promedio todavía no supera los niveles del 2001 y una precarización laboral con un 40% de los trabajadores en negro. Este es el teatro de operaciones sobre el que se desarrollan las batallas electorales que atraviesan este 2011.


Las elecciones primarias confirmaron la hegemonía política del kirchnerismo a nivel nacional superando el 50% de los votos, lo que implica un innegable apoyo popular. Dos son los puntos más altos del gobierno: la estabilidad política en pos de la continuidad de la situación económica y la figura fuerte de la Presidenta. Frente a estas armas las principales fuerzas de la oposición agitan el problema de la seguridad, la inflación y la concentración de poder del gobierno con un escuálido rédito; visiblemente fragmentadas ninguna de sus variantes llegó al 13%, aunque sus perspectivas son diferentes. El gran perdedor fue Raúl Alfonsín y el radicalismo, que habían elegido el camino de De Narváez, el cual estuvo muy lejos de Scioli y tampoco demostró ser un aliado confiable. Duhalde obtuvo menos de lo que esperaba, aunque mucho más de lo deseable siendo todavía un factor con peso dentro de la escena, con un discurso muy derechista confirmó una vez más sus convicciones reaccionarias que lo llevarán a seguir peleando en octubre. La fuerza con mayor proyección parece ser el FAP (Frente Amplio Progresista) encabezada por Binner, una fuerza nueva que combina la posibilidad de poder disputarle al kirchnerismo el voto progresista y captar el voto antikirchnerista de algunos sectores del campo, lo cual explica de alguna forma su desmesurada alegría por el 10% obtenido.


Como fuerzas del campo popular, desde la responsabilidad que nos cabe en la construcción de una nueva alternativa política, creemos que ninguna de estas opciones da cuenta y representa a las necesidades, posibilidades y aspiraciones de nuestro pueblo. No vemos opciones políticas que puedan expresar un cambio de rumbo hacia una transformación social y política, que puedan disputar o siquiera situarse en alguna posición relevante dentro de este escenario. Si bien puede valorarse el esfuerzo que los compañeros del FIT han hecho para sortear los aspectos restrictivos de la nueva ley electoral, el panorama es muy incierto para la posibilidad de al menos retener ese 2,5 % de los votos. Ni hablar de Proyecto Sur que desapareció prácticamente del escenario nacional no llegando ni al 1%, producto del desgaste que generaron los innumerables giros de Pino y el vaciamiento que Libres del Sur y compañía le propinaron al fugarse con Binner y Stolbizer. 


Desde nuestra mirada, esto da cuenta que aún las distintas izquierdas no hemos podido interpelar verdaderamente al pueblo, expresándonos como una alternativa posible, por más que hayamos estado a su lado en cada una de sus luchas importantes: como en el Indoamericano, junto a los Qom, con los docentes de Santa Cruz o en Ledesma, Jujuy. Todos estos fueron momentos que dan cuenta de las necesidades más urgentes que aquejan a nuestro pueblo: tierra, vivienda, educación y trabajo dignos. La respuesta a estas demandas fue contundente, la represión de distinto grado que se llevó la vida de compañeros es la clara muestra de que el oficialismo no dará lugar a manifiestaciones, movilizaciones y reclamos que cuestionen seriamente al modelo por izquierda y que pongan al descubierto las contradicciones del mismo, que ponen en jaque a los más necesitados.


Desde la perspectiva de la izquierda independiente está el desafío planteado de construir una herramienta política que logre articular las diversas experiencias políticas, sociales y culturales que luchan por un cambio social revolucionario, a lo largo y a lo ancho del país, para poder superar la fragmentación o las perspectivas meramente sectoriales o territoriales que no contemplan o rechazan el problema del poder del Estado. Una herramienta que potencie nuestro trabajo de base cotidiano en cada uno de los ámbitos en los cuales intervenimos, que no lo sustituya por un nuevo aparato electoral con un discurso basista, sino que sea un complemento necesario que permita dar la disputa desde abajo en los espacios de poder del Estado, con las perspectiva de utilizarlos en pos de potenciar la construcción de poder popular, el principal influjo para construir una nueva sociedad en transición al socialismo. La COMPA (Coordinadora de organizaciones y movimientos populares de Argentina) es un ensayo en ese sentido, así como los compañeros del MIR y otras organizaciones con quienes compartimos distintos ámbitos, impulsan los suyos. Nuestra apuesta es continuar por el camino que marcan las huellas del 2001, es seguir profundizando la construcción de poder popular en los barrios, en las calles, en los ámbitos de trabajo, en los secundarios y en la Universidad, la única manera legítima y posible de contribuir con una fuerza que pueda impulsar el sueño de una Argentina Socialista en Nuestra América.

La Ciudad de la furia

Los resultados de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires han dejado mucha tela por cortar, pero sobre todo marcan una visible y concreta realidad, y es que al macrismo solamente lo puede desbancar una fuerza compuesta por los sectores populares que realmente le dieron batalla durante estos años. Los que tenemos un interés directo en la derrota del proyecto macrista en la Ciudad de Buenos Aires y lo que el mismo representa en el plano de la política nacional, y los que día a día junto con diversos sectores apostamos a construir una alternativa.

Queda en evidencia la inexistencia de una alternativa genuinamente popular que deje al descubierto el verdadero rostro del gobierno PRO. Sobre la base de esta ausencia, el gobierno de Mauricio Macri ha construido un predominio político y cultural en las 15 Comunas de Buenos Aires, haciéndose con un caudal de votos y una diferencia con sus oponentes sencillamente inalcanzable en la segunda vuelta, y que fue aún mayor luego de ésta. Si además echamos un vistazo en los resultados que obtuvieron personajes como Rodriguez Saa o el asesino Duhalde en las elecciones primarias en este distrito, se ratifica un crecimiento de un voto a candidatos netamente de derecha que ya no es representado ni siquiera por el radicalismo. De todas formas esto no significa, como algunos creen, que la ciudad ha sido ganada por la derecha y hasta por el fascismo, sino que evidencia la falta de una alternativa que realmente se enfoque en las problemáticas concretas de la Ciudad, en la vivienda digna, en el problema de la tierra, en la salud y la educación pública, en la falta de políticas sociales y en la sobra de políticas represivas hacia los sectores más marginados de la ciudad. Dar por perdida la ciudad en manos de la derecha, y más aún creer que el 60% de sus habitantes son fascistas, es hacer la gran Mimo Páez. Echarle la culpa y quejarse de los que votan es tener una venda en los ojos, y marca una falta de autocrítica de aquellos sectores que pretendían disputarle la ciudad al macrismo.


Sin lugar a dudas el propio kirchnerismo carga con gran parte de las responsabilidades.  El Gobierno Nacional no apostó a fondo a disputar la Ciudad y terminó con Filmus prometiendo desde los afiches… "más seguridad", tratando de pegarse a último momento al discurso del PRO para rapiñar algún que otro voto. Que el PJ de la Capital no constituye alternativa popular efectiva frente al macrismo no es sorpresa para nadie y ha sido planteado desde nuestro espacio sin vacilaciones. En la Ciudad ya son conocidos los múltiples acuerdos entre el PJ porteño y el PRO en distintos niveles, sobre todo en la Legislatura Porteña donde en casos muy sensibles han votado juntos ambos bloques.


El kirchnerismo no le dio la trascendencia necesaria durante toda la campaña a la desastrosa gestión de Mauricio Macri, le restó importancia a las causas por las escuchas ilegales en las cuales estaba procesado como partícipe necesario de una asociación ilícita. No se acordaron de la UCEP, una banda de mercenarios que golpeaba y desalojaba a la gente en situación de calle y que eran empleados del Gobierno de la Ciudad, como tantas otras atrocidades que se sucedieron en estos cuatro años. Dejando pasar estos sucesos, o dándole poca relevancia durante la campaña (y mientras sucedían en tiempo y forma también), es difícil plantearse como una alternativa.


Por lo tanto, ni en la legislatura ni fuera de ella el Kirchnerismo fue capaz de desplegar una resistencia eficaz a las políticas macristas, sobre todo a las políticas represivas y de criminalización de la pobreza y la protesta como a la privatización y mercantilización de los espacios y servicios públicos. La oposición de Filmus se tornó abstracta y falta de consistencia al no incorporar estos elementos y disputar desde otra óptica.


Cuatro años más de Macri son cuatro años más de destrucción de la salud y la educación pública, de criminalización de la pobreza y la protesta, de racismo y xenofobia, de marginación para el sur de la ciudad y de ninguneo para el problema de la vivienda. El escenario político que se abre en la Ciudad es de continuidad de lo peor, pero continuaremos la resistencia. Si en estos cuatro años no fueron suficientes las movilizaciones contra la UCEP y la metropolitana, las ocupaciones de tierras para sacar a la luz el enorme déficit de vivienda existente, las tomas de los colegios para mostrar el estado de decadencia y destrucción de la educación pública, entonces los próximos años nos exigen estar más organizados, más unidos, más movilizados, para derrotar la política macrista. Pero indudablemente tenemos que ir más allá. Tenemos que generar espacios de unidad más amplios y construyendo cada día y desde abajo la opción política que pueda destronar a la derecha del gobierno de la ciudad. Y si otra conclusión dejó la elección es que esta alternativa no viene de la mano del Gobierno Nacional.


Para enfrentar a la derecha no alcanza con "jetones" y marketing, así como tampoco con el debate mediático. Para derrotar al macrismo y cambiar la ciudad, es necesaria la construcción de una fuerza social, militante, organizada en cada comuna y dispuesta a construir una verdadera transformación de la Ciudad, al margen de los aparatos pejotistas y cegetistas, como tampocouna repetición berreta de las gestiones "progresistas" anteriores. Una alternativa al macrismo, realmente popular, democrática y participativa, no se construye un mes antes de las elecciones, sino que debe forjarse día a día. Por eso convocamos a construir una amplia unidad que nos permita mostrar a la sociedad la verdadera cara del macrismo y construir nuevos espacios desde donde proyectar una nueva opción política en la Ciudad. Ese es el desafío que asumimos y el camino que aspiramos a transitar los próximos cuatro años en común con todos los compañeros y compañeras que se sientan convocados para esta tarea.

¡Juventud, divino tesoro!



"La juventud tiene que crear... una juventud que no crea es una anomalía realmente" (Ernesto Che Guevara)
"Caminante son tus huellas el camino y nada más; caminante no hay camino, se hace camino al andar" (Antonio Machado)


La juventud como sujeto social definitivamente merece un párrafo aparte. Los últimos meses nos encontraron a los jóvenes ocupando el centro de la escena política tanto en Argentina como en otros países. En el caso argentino, no podemos hablar del movimiento estudiantil y de los jóvenes sin tomar en cuenta el saldo político y organizativo que significó el llamado "estudiantazo" del año pasado, donde estudiantes secundarios, terciarios y universitarios logramos instalar la discusión sobre el modelo educativo en la agenda pública. Sin embargo, no es sólo en nuestro país donde asistimos a un florecer de la participación política entre los jóvenes.


Si hay algo que llama la atención en los sucesos de los últimos meses en las capitales europeas (sin olvidarnos de los conflictos de Egipto, Túnez y Libia hacia principios de año) es que el seno del movimiento está formado por una juventud que no se conforma y que muestra y reafirma su rebeldía a cada paso, dinamizando los conflictos y convirtiéndose, muchas veces, en el verdadero motor del movimiento. Ni que hablar de los sucesos de las últimas semanas en Chile, donde masivas manifestaciones coparon Santiago en el reclamo por una educación al alcance de todos. Es quizás en este caso donde podemos ver con mayor claridad el rol que ocupa la juventud en estos procesos y, dentro de ella, el papel que viene desplegando el movimiento estudiantil como aglutinador de diversos reclamos populares.
Es por esto que nadie puede ser ajeno al rol que ocupamos los jóvenes en los procesos de transformación. No obstante, este escenario político revela una puja entre distintos sectores sobre cuál es el rol que a la juventud en general y al movimiento estudiantil en particular le cabe en la construcción de una sociedad nueva. Desde La Juntada estamos convencidos de que el despertar de un movimiento estudiantil crítico, movilizado, creativo y protagonista es central en la lucha por el cambio social. Un movimiento de jóvenes que no se conforme con lo que el sistema le ofrece y vaya por más, que se organice y que tome a la política como herramienta para el cambio social en la incansable construcción de una alternativa que inaugure una nueva etapa en nuestro país que nos tenga como protagonistas.


Creemos que es necesario sentar las bases desde otro lugar para construir ese movimiento del que hablamos. Las viejas formas de hacer política, encarnadas en la izquierda tradicional, sólo han sabido dar vida a un movimiento estudiantil espasmódico, reemplazado por los partidos políticos y que más que accionar en pos de la construcción de una nueva hegemonía, sólo ha podido reaccionar ante el avance de los adversarios. Es necesario concebir al movimiento estudiantil como un sujeto político capaz de intervenir con fuerza en la coyuntura nacional y dejar de concebirlo como una cantera para la acumulación de fuerza propia. Esas mezquindades, propias de una política ombliguista e infantil, han demostrado desembocar inevitablemente en el fracaso, sin aportar realmente a la acumulación de poder en favor del campo popular.



Por otra parte, la propuesta que nos hace a los jóvenes el kirchnerismo -con La Cámpora a la cabeza- tampoco implica para nosotros un avance de la juventud organizada para cambiar las cosas. El "modelo nacional y popular" nos invita a cumplir un papel sumiso, de apoyo y de seguidismo incuestionable a las políticas del gobierno nacional. Fuertemente posibilista, que se conforma cotidianamente pensando en lo menos malo y que también ha tenido que incorporar una larga lista de "sapos" a tragarse en pos de la defensa del modelo. Y, sobre todo, este modelo fuerza por hacernos caer a los jóvenes y al movimiento estudiantil en una desmovilización preocupante. Ante la afirmación de que el kirchnerismo no moviliza, los obsecuentes con el "modelo" seguro responderán con innumerables ejemplos de marchas en apoyo a tal o cual medida (porque siempre deben ser "en apoyo", nunca por iniciativas propias); y la respuesta, en tal caso, será que una juventud está movilizada cuando es capaz de analizar críticamente y de crear y transformar a partir de la reflexión sobre las propias prácticas. Una movilización puede darse sin esos factores, pero un sujeto político movilizado nunca puede constituirse en tal sin el desarrollo de los mismos.


Desde La Juntada pensamos que la juventud tiene un rol fundamental para cumplir en los procesos de cambio social y que el movimiento estudiantil tiene el deber histórico de constituirse en ese sujeto político activo. Estamos fuertemente convencidos de que esa tarea debemos encararla colectivamente, desde abajo y en cada lugar donde trabajamos, estudiamos, etc. mediante nuevas formas de hacer política que pongan al movimiento por delante de la acumulación propia. Desde La Juntada nos hemos dado iniciativas en ese sentido como lo fue la organización del IIIº Foro Nacional de Educación Para el Cambio Social y como lo es también nuestro esfuerzo cotidiano por la construcción de un nuevo tipo de herramienta gremial, en eso que llamamos la "refundación" del Centro de Estudiantes y de las representaciones institucionales.


Todavía falta mucho, es cierto, pero creemos que en la articulación con otros sectores del campo popular y en la construcción de una nueva forma de hacer política iremos trazando el camino hacia la transformación social. Construyendo poder popular desde cada lugar en donde estamos, acumulando victoria tras victoria para un proyecto emancipador, sabiendo siempre que a los jóvenes nos queda la gran tarea de construir la sociedad del mañana o, en palabras de Benedetti, "les queda hacer futuro, a pesar de los ruines de pasado y los sabios granujas del presente".


Que siga la refundación!

Este año como La Juntada, ese proyecto colectivo que venimos construyendo desde hace ya tres años diversas agrupaciones en conjunto con estudiantes independientes, asumimos la responsabilidad de la Conducción del Centro de Estudiantes, responsabilidad que se suma a nuestra primera experiencia en Consejo Directivo que venimos sosteniendo desde hace ya 2 años. Compartimos, entonces, un balance de lo que significó asumir dicha responsabilidad, cuáles fueron las tareas y las peleas que nos propusimos llevar adelante desde estos espacios y cuáles son las tareas que nos quedan por cumplir.


ESPACIOS DE GESTIÓN DEL CEFYL

Como parte importante de los desafíos que tuvimos que encarar como nueva conducción se encuentran los espacios de gestión del CEFYL (Publicaciones y Comedor). En cuanto al primero, hemos hecho un gran avance al lograr unificar una biblioteca digital existente (bibliofyl) a la página del centro de estudiantes, dando como resultado el hecho de que hoy la gran mayoría de los apuntes se encuentren en la nueva página del Cefyl (Cefyl.net) y pudiendo garantizar a todos los estudiantes un acceso gratuito a ellos. Por otra parte, estamos avanzando en la implementación de pedidos on line, con la idea de empezar una prueba con carreras más chicas para luego implementarla en todas.


Por otro lado, tomamos la iniciativa de hacer del bar un comedor porque la consideramos una de las reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil. Los comedores estudiantiles fueron cerrados durante la dictadura militar y muchos nunca más fueron abiertos. Hace unos pocos años, luego de la asunción de Hallú como rector de la Universidad de Buenos Aires en 2006, se reformó el estatuto universitario, eliminando el artículo 71 que ubicaba en los papeles el bienestar estudiantil (donde estaban incluidos entre otras reivindicaciones el comedor universitario). Si bien este artículo no estaba siendo respetado en muchos lugares, como en Filo, fue eliminado de la legislación universitaria de la UBA, imposibilitando cualquier clase de amparo en ella. Ante este atropello a nuestros derechos, los centros de la izquierda independiente, tuvimos la iniciativa (como en Sociales y Filo) de comenzar a construir comedores estudiantiles que en un principio estén motorizados por el gremio pero que sirvan como trincheras para la lucha por subsidios estatales y equipamiento. Hoy en día, en Filo estamos garantizando alrededor de 100 platos con el menú del día a $5, que permite que muchos compañeros puedan comer un plato de comida nutritiva acompañada de jugo y pan.  Estamos convencidos que con esto no alcanza y es por eso que impulsamos el petitorio (que ya firmaron cerca de 5000 estudiantes y docentes) exigiéndole a la gestión de la facultad financiamiento para que el comedor estudiantil pueda estar equipado con una cocina industrial, tenga un lugar de trabajo en buenas condiciones de seguridad e higiene y para que el costo del menú esté subsidiado. De esta manera, podríamos cumplir con la demanda de todos los estudiantes garantizando menú en el turno noche y estaríamos haciendo realidad una de las históricas reivindicaciones del movimiento estudiantil y del proceso de lucha del 2010.


Sabemos que en ambos espacios aún falta mucho, pero el funcionamiento de los mismos no puede escindirse de cómo se sostienen. El caso del comedor fue explícito, sin financiamiento estatal no podemos garantizar un comedor en turno noche, para todos los estudiantes. En el caso de publicaciones ocurre algo similar. Las becas de apuntes hoy en día siguen siendo financiadas en más de un 50% por el Cefyl. La gestión de Trinchero, primera a la hora de ajustar pero última para dar respuesta a los reclamos de los estudiantes y docentes, (recordemos que el 50%  del cuerpo docente de filo esta en condiciones de precarización laboral) pese a la inflación y al aumento de costos sigue otorgando al Centro de Estudiantes un monto por beca que no cubre  ni la mitad de lo que hoy sale una materia. Estas condiciones, que atentan contra el carácter público de nuestra universidad, nos ponen en la agenda la necesidad de fortalecer nuestro gremio y coordinar con otros sectores de la facultad para poder dar la pelea por garantizar el acceso y cumplimiento de las necesidades de nuestro claustro.


ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN


Desde nuestro lugar como conducción nos hemos propuesto como tarea principal la refundación de nuestra herramienta gremial, entendiendo a esta como un proceso que tienda a la participación masiva de los estudiantes en las cuestiones relacionadas con nuestro claustro. En este sentido, creímos necesario no sólo sostener los ámbitos de participación ya existentes sino también fomentar la creación de nuevos espacios y formas de participación que amplíen la toma de decisiones al conjunto de los estudiantes.


Es así como, por un lado, continuamos impulsando tanto las asambleas generales del CEFYL como también las asambleas por carrera, hacia las cuales llevamos a principio de año el Proyecto de Elección de directores de departamento en época de clases, que trabajamos en conjunto con diversas agrupaciones de carrera. La pelea por hacer cumplir el espíritu de la resolución implicaba que se pudiesen impulsar debates colectivos, entendiendo como parte del proceso de democratización la incorporación de cada vez más y más compañeros a la vida política de la facultad. Otro de los casos emblemáticos es el de Historia, en donde se eligió al director a mano alzada en una masiva asamblea y tras un proceso de varios meses que no pudo ser desmovilizado pese a la intención de las diferentes camarillas de la carrera.

Pero así como fuimos activos propulsores y participantes de las asambleas y comisiones de base ya existentes (democratización, mercantilización, presupuesto, audiovisuales, antirrepresiva), quisimos ir aún más allá, creando nuevas instancias de discusión y organización de los estudiantes. Una de ellas es la del Umbral, en la cual estamos laburando para poner de pie un Centro Cultural de los estudiantes de filo que desde hacía años no funcionaba. El arduo trabajo que muchos compañeros independientes realizaron en cada una de las jornadas de trabajo para poner en condiciones el espacio, así como el de los talleristas que garantizaron tener la semana completa con actividades culturales, son los motivos que permiten seguir avanzando en la construcción de un proyecto colectivo que busque ser un espacio de producción y expresión artística y cultural de los estudiantes. Otra de las comisiones que impulsamos es la de Géneros, comprendiendo que la opresión de género en el sistema capitalista golpea tan fuerte a las mujeres como al resto de las minorías sexuales (gays, lesbianas, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros) buscando generar un espacio de organización a lo largo del año, que pueda poner en discusión el sentido común que también en la Facultad de Filosofía y Letras impera sobre la temática.

¿QUÉ PASA CON EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE FILO?

A pesar de los intentos de invisibilizarlas, las disputas al interior de filo no estuvieron ausentes este año. Uno de los ejemplos más claros fue la discusión durante el primer cuatrimestre sobre la acreditación de nuestras carreras ante organismos externos. En este marco existieron dos proyectos de resolución propuestos, uno por la gestión de la Facultad que proponía no acreditar bajo esta LES pero que abría la puerta a futuras acreditaciones en caso de que la LES cambie (a sabiendas de los distintos proyectos que el gobierno tiene para barajar, donde todos incluyen un organismo externo al estilo CoNEAU), y el otro presentado  por  los consejeros directivos estudiantiles  en conjunto con diferentes compañeros que proponía la NO ACREDITACIÓN A NINGÚN ORGANISMO EXTERNO. Para masificar el proceso, y en total consonancia con nuestra propuesta de crear nuevas formas de participación que permitan la apertura a un debate más amplio que sea capaz de hacer escuchar la voz de todos y no sólo de los que van a una asamblea o comisión, propusimos la realización de un plebiscito que fuese impulsado en conjunto por todas las fuerzas y compañeros de la Facultad. Sin embargo, esto no fue aprobado en la asamblea del Centro por otras agrupaciones que impidieron la masificación del debate y, en definitiva, de la lucha. Más preocupados por la disputa facciosa al interior del movimiento estudiantil, los históricos dueños de la verdad revelada no hicieron otra cosa que boicotear cualquier posibilidad de triunfar.


Por otro lado, estuvlo el tema de los patovicas de la facultad que se ha hecho recurrente a lo largo del año desde su presencia en la puerta de la facultad, hasta el pedido de identificación y el maltrato reiterado hacia diferentes personas adentro de Filo. Partimos de que para nosotros la seguridad es un derecho que debe estar garantizado para el conjunto de personas  que estamos en Filo todos los días (tanto docentes, no docentes, estudiantes, etc.). Al mismo tiempo, enfrentamos toda poítica que implica la represión y el control privado del espacio de una institución pública como lo es la Facultad de Filosofía y Letras y la UBA en general. En este sentido, hemos impulsado diferentes iniciativas que deberemos profundizar para lograr que estos patovas (que se han incrementado desde fines del año pasado) que responden a las directivas de la gestión de Trinchero, que intentan impedir acceso a diferentes personas pero que son incapaces de darse cuenta que se roban 11 proyectores de la facultad, se vayan de Filo y pensemos entre todos, conjuntamente con los gremios Docente y No-Docente, una solución que no implique la llegada de una empresa privada ni nada por el estilo.


Desde La Juntada entendemos que la Facultad no es una burbuja, sino que defendemos e intentamos construir día a día un modelo de universidad y un movimiento estudiantil que se encuentren a tono con las necesidades y demandas de nuestro pueblo. De esta manera y como parte de la política activa del Cefyl, convocamos y salimos a las calles en diversas movilizaciones enfrentando las injusticias a las que somos sometidos diariamente, con la firme convicción de sumar un granito de arena en cada oportunidad, buscando aportar también desde ahí a la construcción de un movimiento estudiantil que luche codo a codo con los oprimidos de hoy y de siempre.


Por otro lado, y lejos del sectarismo y la automarginación, pensamos que todas aquellas disputas que damos en cada ámbito del que formamos parte (Centro, Consejo, comisiones de base, asambleas, Juntas de carrera) forman parte de una disputa aún mayor en pos de la construcción de una verdadera alternativa política, del campo popular. De esto hablamos cuando hablamos de refundación. Refundar nuestras herramientas gremiales e institucionales es refundar la política desde nuestras propias prácticas, desde abajo, en el camino de la creación de poder popular para aportar verdaderamente a la refundación no sólo de nuestra universidad, sino de la sociedad y del país en el que vivimos en conjunto con otros sectores. En eso estamos y hacia allá vamos…

No hay comentarios: