Tal como expresamos en el último comunicado acerca de la modificación del reglamento de concursos para auxiliares docentes, la gestión y los modernos en conjunto dan muestra una vez más de su connivencia para defender sus intereses comunes en contra de la participación estudiantil, evidenciando una vez más el carácter antidemocrático que reviste el Consejo Directivo de la FFyL, mas allá de las pretensiones de progresismo y democratismo que muchas veces se quiere mostrar.
En el 2009 el Consejo Directivo aprobó un reglamento de concurso para auxiliares docentes que tenía entre sus puntos más progresivos la conformación de una comisión evaluadora tripartita compuesta igualitariamente por 3 representantes de profesores, 3 de graduados y 3 de estudiantes. Como este reglamento fue objetado por el área de legales del rectorado de la UBA, en la anteúltima sesión del Consejo Directivo se planteó como tarea "adaptar a las formas legales el espíritu democratizante del reglamento propuesto desde filo".
SIAMO FUORI DEL JURADO
En la sesión del martes 20 de julio a la que convocamos a asistir desde La Juntada, la gestión trincherista de la facultad abrió el tema añadiendo una moción de orden para que se votara si o si en esa sesión un supuesto dictamen (que no había sido redactado ni firmado en la comisión extraordinaria de Interpretación y Reglamento del día jueves 15 de julio porque esta se interrumpió debido a un corte de luz), sabiendo que desde nuestro claustro venimos denunciando lo ilegitimo de llevar a cabo modificaciones de esta envergadura en época de receso. Este dictamen contenía los puntos regresivos fundamentales que les permitiría la alianza con los modernos para adaptarse a los requerimientos del rectorado.
Después de más de una hora de ignorar el pedido de pase a comisión de los representantes del claustro estudiantil para que las modificaciones que se realizasen al reglamento sean de forma y no de contenido y para que se pudiese consultar y realizar un debate con todos losa actores implicados, en especial el claustro estudiantil, durante la reanudación de las clases; la gestión realizó un nuevo hecho bochornoso: convirtió ficticiamente al Consejo Directivo en Comisión de Interpretación y Reglamento para poder generar un dictamen igual al propuesto al inicio de la sesión (con los agregados que le permitieron el “democrático consenso" con los modernos) pero ahora sí supuestamente "legítimo".
Finalmente en dicha sesión resultó lo que habíamos anticipado: la gestión y los modernos con tal de no oponerse al rectorado decidieron violentar el espíritu democratizante del reglamento originario decidiendo, entre otras cosas, que las renovaciones de los cargos que iban a realizarse cada 7 años, ahora sean cada 3, y lo más aberrante de todo, haciendo desaparecer el punto más progresivo que tenía el reglamento: la participación estudiantil en el jurado, que había sido resultado de un debate de mas de dos años. Lo curioso es que arguyendo no querer “arriesgarse” a la desaprobación por parte del Superior de los concursos a llamar en filo, suprimieron la participación de estudiantes en el Jurado, pero no así la de los graduados (que para el caso, y según la normativa sobre la conformación de jurados del Consejo Superior, tampoco podrían participar, al menos que sean docentes regulares). Como siempre, los modernos y la gestión negocian tras bambalinas los términos del acuerdo mas acorde a sus intereses corporativos, para después fingir aires compungidos por “seguir en deuda con los estudiantes” (palabras textuales de un espécimen moderno), que seguimos siendo la voz tan solo testimonial y sin peso, en todos los espacios del mamarrachesco co-gobierno.
Desde La Juntada, y tal cual sostuvimos durante la sesión, entendemos que la realización de concursos transparentes y que garanticen la estabilidad laboral de los docentes, no se contrapone con la reivindicación de participación de nuestro claustro en las diversas instancias decisorias que se generen en la Universidad, ya que somos una de las partes claves que conforman la comunidad académica y porque creemos que pensar la educación desde otros paradigmas pedagógicos, que esta Facultad vive invocando hipócritamente, debe necesariamente implicar la participación estudiantil en instancias tan importantes como los concursos docentes.
Por eso mismo, reafirmamos nuestro total repudio a esta maniobra que atenta contra la democratización de nuestra Universidad, no solo por las modificaciones regresivas en si, sino por llevarse a cabo en un momento de receso escolar, a sabiendas de la imposibilidad de poder discutirlo desde nuestro claustro. No nos sorprende, sin embargo, ya que responde a una lógica adaptacionista y cómplice tanto de la gestión trincherista como de los opositores modernos para con la política nefasta del actual rector de la UBA, reelecto al calor de los palos y los gases de la policía, y con el aval de la gestión de nuestra facultad, que hoy nuevamente, “y a su pesar”, vuelve a dejar afuera de una instancia de decisión al claustro más numeroso de la comunidad académica.
Hoy más que nunca, la lucha por la Democratización sigue en pie.
¡Que no te la cuenten!
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