lunes, 29 de noviembre de 2010

Plataforma 2010 - Elecciones de Junta Departamental de Historia

Hacia la fundación de una nueva carrera de Historia 
Luchar, crear… Una historia popular!


“Solo tiene derecho a encender en el pasado la chispa de la esperanza aquel historiador traspasado por la idea de que ni siquiera los muertos estarán a salvo del enemigo, si este vence. Y este no ha dejado de vencer.”
Walter Benjamin

Historiando historia
El pueblo quiere saber ¿Y en la junta que pasa?

“En sustancia, el intelectual no es ni un pacificador ni un artífice de consenso, sino alguien que ha apostado toda su existencia en el sentido crítico, la conciencia de no estar dispuesto a aceptar las formulas fáciles, los modelos prefabricados, las confirmaciones aquiescentes y complacientes de lo que los poderosos y los bienpensantes tiene para decir y lo que después hacen. Una capacidad que no se refleja sólo en el rechazo pasivo, sino en la voluntad activa de usar la palabra en público

E. Said



En la carrera venimos de un proceso que se inició en el 2005, y significó la posibilidad de abrir una brecha en la hegemonía política de las camarillas modernas dominantes desde el 83.Logramos desestabilizar el status quo imperante con la lucha, la movilización masiva y la discusión abierta y participativa en grandes asambleas. Pese a esto, no pudimos resolver la cuestión del gobierno de la carrera: no hubo director ni funcionamiento regular, por lo que el funcionando se limitó a media junta por varios años. Se abrieron cátedras paralelas, se renovaron parcialmente los contenidos, salieron variados seminarios pero no logramos avanzar a fondo hacia una nueva forma de gobierno de la carrera con una participación real de las mayorías de la comunidad educativa, ni tampoco en una transformación de contenidos y  estructuras del plan de estudios. Con la elección del director (Rodríguez Otero) en 2009 a mano alzada, en una asamblea de 400 estudiantes, graduados y docentes dimos comienzo a una nueva etapa con la esperanza de poder avanzar. Creemos que la decisión tomada colectivamente por aquellos tiempos fue acertada y permitió que el departamento volviese a funcionar recuperándolo como ámbito de discusión y propuesta para las distintas cuestiones relacionadas a Historia. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones del director y algunos graduados y docentes que tuvieron iniciativas interesantes, como las concurridas charlas sobre ingreso a la docencia e ingreso a la investigación, o las jornadas de debate para la reforma del plan de estudios, el proceso se estancó en estos dos años y no siguió mucho más allá de un diagnóstico de la carrera que tenemos, producto de la caída en la participación y la falta de iniciativa de los distintos sectores. Extrañamente a lo que podría suponerse, al ser los estudiantes históricamente el factor más dinámico del cambio en la Universidad, desde la representación de mayoría y minoría del claustro estudiantil no mostraron ninguna iniciativa para impulsar las jornadas, a tal punto, que ni siquiera participaron en varias de las reuniones en lo que va del 2010.


Esta fuerte falta de iniciativa de La Mariategui y el Bloque (PO) se evidencia todavía más teniendo en cuenta que estamos ante una coyuntura favorable para impulsar una transformación de la carrera, con la reforma del plan de estudios como posibilidad efectiva en danza, con un director elegido en asamblea y con mandato revocable; y la valiosa experiencia de lucha producto del recorrido que venimos desarrollando desde el 2005, principalmente con la apertura de las cátedras paralelas. Esto último es importante destacarlo ya que fue un producto de las luchas desarrolladas durante estos años, y fueron una herramienta para disputarle la hegemonía a los modernos dentro del campo académico, lo cual tuvo como resultado que ahora ya no tengan un predominio dentro de la carrera y haya otros enfoques que permiten avanzar en nuevas reflexiones sobre la Historia. Ahora este proceso tiene sus límites y aspectos contradictorios, las cátedras paralelas no son la panacea por varias razones. En cuanto a prácticas políticas y académicas, lamentablemente reproducen el clientelismo, las designaciones a dedo, las visiones monolíticas dentro de un cátedra, y sobre todo la concepción verticalista e individualista de producción del conocimiento que esta forma de organizar las materias de estudio tiene, reflejándose en el funcionamiento en clase, poco dinámico, muchas veces meramente reproductivo, sin diálogo con el docente, ni participación activa del estudiante o alumno (como se lo entiende desde la vieja concepción feudoburguesa, un objeto sin luz, sin conocimiento).


Asimismo, vemos que en los compañeros hay una clara adaptación administrativista al funcionamiento de la Junta (donde durante este tiempo la agenda la impusieron siempre desde otros claustros) a gestionar lo cotidiano sin proponer nada, sumidos en el devenir burocrático, utilizando los espacios institucionales para sacar sólo repudios y declaraciones, hecho que enmascara que poco tienen para aportarle a la carrera. El Bloque, sin un acuerdo sobre qué pasa en la carrera, critica ferozmente a la junta sin hacer ni media propuesta dentro de ella. Párrafo aparte merece el hecho de su constante ausencia en el proceso de reforma del plan, no sólo por que no estén, sino porque incluso consideran que ¡no es necesario! Por su parte, La Mariátegui, tiene su propuesta de plan alternativo desde hace 12 años, lo que demuestra que su postura no es la de discutir colectivamente un plan nuevo, sino la de imponer o negociar uno que ya tienen hecho de antemano. Inclusive, levantan que cualquier reforma del plan que pueda hacerse, agitando el fantasma de la Ley de Educación Superior menemista y las acreditaciones a la CoNEAU (a causa de la participación de la gestión en la discusión de las reformas de los profesorados y la aplicación de los prohum promovidos por Educación), puede poner en peligro todo lo conseguido, evitando así enfrentar a los gobiernos de la facultad y el nacional impulsando una reforma con otros criterios. Creemos por supuesto que hay que  enfrentar a los intentos de reforma y acreditación de nuestro profesorado a la CoNEAU (como se lo enfrentó en Exactas) u otros organismos de evaluación externa por los medios que fueren, con toda nuestra fuerza porque  sabemos que bajo la excusa de aumentar el valor de nuestros títulos las acreditaciones esconden la adaptación de los contenidos a exigencias corporativas y mercantiles, que claramente no son los criterios de quienes elegimos, defendemos y queremos mejorar la educación pública.  Pero eso no puede ser una excusa para el conformismo derrotista y conservador que busca paralizar cualquier intento de romper con el status quo e impulsar un cambio que ya vemos a esta altura como indispensable.



Esta posición indica que estos compañeros no tienen confianza en lo que los estudiantes podemos lograr con nuestra fuerza e inteligencia organizadas junto con los docentes y graduados que están en la pelea.


En este sentido y analizando el contenido mismo de los cambios en la carrera de los últimos cinco años, vemos un resultado desigual considerando materia por materia, pero que de conjunto no representa un avance definitivo hacia un cambio del carácter enciclopedista, reproductivo, elitista, eurocéntrico y occidentalista de la carrera, la cual tiene como fundamental referencia las escuelas historiográficas norteamericanas, inglesas y francesas. Sin desconocer la importancia de estas corrientes creemos necesario que el estudio de historia en Argentina empiece a reflejar los cambios que se suscitaron, por lo menos en las últimas dos décadas, en el mundo y en el continente no sólo en la dimensión del pensamiento sino esencialmente en la realidad social y política;  las palabras de Aníbal Quijano sintetizan bien esto que afirmamos: “América Latina fue el espacio original y el momento inicial de formación del capitalismo colonial/moderno. Hoy es, por fin, el centro mismo de la resistencia mundial y de la producción de alternativas contra este padrón de poder”. Asumiendo como propia esta perspectiva en virtud de la situación que hoy vivimos en Latinoamérica y en medio de la crisis mundial del capitalismo ¿Podemos seguir pensando, haciendo y reproduciendo una historia que sea centralmente el derrotero de la civilización burguesa que irradió su cultura desde Europa y EEUU? ¿Podemos seguir pensándonos como historiadores, profesores o intelectuales concebidos en una matriz europea? ¿Qué lugar tienen en nuestra carrera el recorrido de luchas y resistencias de los pueblos del mundo ante el capital y las diversas formas históricas de explotación y opresión? Buscar respuesta a estas preguntas nos puede ayudar a transitar otro camino necesario para constituirnos como historiadores críticos, originales, creativos y comprometidos.



Desde La Juntada  en Historia buscamos con ahínco revertir esta situación. No sólo hemos participado en todas las jornadas en todo momento, así como de casi todas las reuniones de Juntas, compartiendo con todos los compañeros a través de los informes que circulan por mail sesión tras sesión,  lo que pasaba o dejaba de pasar en la carrera (paso fundamental para avanzar en la democratización es democratizar la información). También lo hemos hecho con propuestas,  e impulsando todo tipo de iniciativas por fuera de los espacios institucionales: charlas, jornadas, debates, donde discutimos diversas cuestiones académicas y abordamos la realidad convulsionada de nuestro continente. Entendemos que conocimiento es poder, y los que lo ejercen le temen a las propuestas, a la disputa real. Hagamos valer con prepotencia de trabajo nuestras inquietudes; cuanto más unidos estemos, más se escucharán nuestras voces. Porque creemos que otra carrera no sólo es necesaria, sino que también es posible.


Caperucita roja y el lobo K
“El pasado se puede reactivar no en su pureza, sino como pensamiento fronterizo crítico”

W. Mignolo


Como seguro leíste, El Bloque nos acusa de adaptación a la gestión K de Trinchero diciendo que presentamos nuestros logros como una lavada de cara al trincherismo. En este punto queremos marcar una vez más que las mentiras del PO van de la mano de su incapacidad (o falta de voluntad) por hacer de los espacios institucionales una trinchera más de lucha. La lógica que subyace tras sus argumentos no es otra que la de que todo aquel que haga algo, se adapta. Por ende, no hay que hacer nada en juntas y en consejo (salvo utilizarlo como una tribuna partidista) con tal de mantener la independencia y la pureza. Las preguntas que este tipo de pensamiento lineal nos genera son varias: ¿para que se presentan a  elecciones entonces? ¿Con esta argumentación no querrán tapar el hecho de que durante varios años en los que fueron consejeros no presentaron ni un solo proyecto? ¿Tienen algún ejemplo concreto para demostrar nuestra adaptación, o es pura retórica electoralista? ¿Son estos paladines de la independencia política los mismos que se juntan con una agrupación K en antropo? Peor aún, cuando mienten al decir que haciendo cosas no se enfrenta a la gestión para autojustificarse, como si una cosa se contrapusiera con la otra. Por todo esto, votarlos sería un paso atrás en la transformación de la facultad, y hasta sería irresponsable votar candidatos a Junta que de antemano afirman que no van a hacer nada!!! Es tiempo de echar por la borda estas prácticas políticas basadas en la mentira y en los falsos opuestos, es hora de avanzar en la conquista de las reivindicaciones aprovechando todas las instancias políticas, gremiales e institucionales al alcance. Que no te engañen con prosa izquierdista que esconde prácticas liberales, y bien lo saben ellos, que a la gestión la enfrentamos entre todos codo a codo. Y si no, que lo demuestren concretamente. La verdadera alternativa independiente del gobierno K y la gestión es la Juntada, que ni trinchero ni nadie le regaló nada, y no estos grupos oportunistas que en antropo se disfrazan de asamblearios y en historia no convocan a más de una asamblea por año!!!


No te dejes engañar, el PO no tiene ningún problema en hacer frentes electorales con la Mariategui kirchnerista con tal de no perder terreno, y se dicen independientes!!! En Historia en cambio, van separados, porque efectivamente los separan sus intereses particulares en la carrera, pero los une su lógica oportunista y su falta de claridad a la hora de ocupar lugares institucionales, a la par que su desmovilización y falta de iniciativa.


Otra junta, un paso hacia otra historia
“Si la construcción del futuro y el resultado final de todos los tiempos no es asunto nuestro, es todavía más claro lo que debemos lograr en el presente: me refiero a la crítica despiadada de todo lo que existe, despiadada en el sentido de que la crítica no retrocede ante sus propios resultados ni teme entrar en conflicto con los poderes establecidos”

Carlos Marx

Toda esta política prescindente del espacio de junta que describimos arriba  se complementa con una estrategia faccionalista camarillesca que brega por acomodar la quintita propia, cuidar que no se cambien demasiado  las reglas del juego, hecho que pondría en peligro a sus sectores afines más ya estructurados en la carrera. En definitiva, salvando a la dirección del departamento y a un sector de graduados, las representaciones estudiantiles terminan repitiendo las mismas lógicas que los modernos, pero bajo un discurso de izquierda y combativo. ¿Los resultados de esto? el status quo se mantiene, y las quintitas de cada uno no se tocan. Hoy más que nunca se hace necesario terminar con esta forma de hacer política, donde prima la mezquindad y el acomodo, para convertir a la carrera en algo nuevo, plural y democrático.


Necesitamos una representación que encare las problemáticas profundas y globales de Historia que arriba mencionamos pensando con honestidad qué carrera deseamos, partiendo de estas preguntas (o varias otras): ¿Qué historiador formamos y para qué? ¿Cuáles son las herramientas teóricas y metodológicas que nos dan para el ejercicio de la investigación? ¿Es suficiente la formación y la experiencia docente que adquirimos en la carrera? Estos interrogantes centrales a la hora de pensar nuestra carrera no sólo no están resueltos positivamente, sino que en la generales de la ley no están presentes siquiera como inquietud. Nos parece que no podemos ahondar en las reformas que pretendemos hacerle al plan de estudios sin cuestionarnos todo esto. En tiempos en que la disciplina se encuentra cada vez más alejada del estereotipo de historiador produciendo conocimiento de forma aislada –la tesis colectiva y los grupos de investigación dan cuenta de esto-, en tiempos en que a los estudiantes nos hace cada vez menos gracia pensarnos como meros acumuladores de papelitos y certificados de asistencia a congresos, en tiempos en que Latinoamérica atraviesa una época de cambios históricos con el rol protagónico de sus pueblos, es que nosotros como historiadores no podemos permanecer ajenos.


Esta es una carencia preocupante que debemos suplir discutiendo y articulando nuestras diversas miradas  para construir una carrera que este a la altura de los desafíos que nos presenta este nuevo siglo.


Actividades que hicimos


Sin ser representantes estudiantiles en la Junta, fuimos los primeros en tomar la tarea (vacante por aquella época) de socializar y difundir las sesiones de junta al resto de los compañeros de Historia. Cuando arrancamos a hacerlo, ni el Bloque ni La Mariátegui los hacían.

  • Presentación del libro de Miguel Mazzeo, Invitación al descubrimiento. José Carlos Mariátegui y el socialismo de Nuestra América, junto con la cátedra de América III B
  • Ciclo de charlas: “Un análisis interdisciplinario del Manifiesto Comunista” Antropo-Historia-Letras
    Presentación del libro de Gustavo Rodríguez Ostria, Teoponte y los guerrileros argentinos en Bolivia, contando con la presencia del autor en filo.
  • Semana Bolivariana: muestra-infografía sobre el proceso venezolano, charlas con Modesto Guerrero y Guillermo Cieza, presentación de libros, música, etcétera.
  • Participación y difusión de todas las instancias de debate por la reforma del plan.
  • Defensa de las designaciones, promociones y propuestas de seminarios que hizo la junta en el consejo directivo. Como representación en consejo hemos logrado en este año destrabar varias cuestiones que la Junta de Historia aprobaba y el consejo rechazaba.
  • Dossier “Bicentenario”. Este año editamos una publicación con notas sobre la temática. Escribieron especialmente (entre otros): Sergio Guerra Villaboy (Univ. de La Habana), Modesto Guerrero (Venezuela), Juan Hernández (UBA) y Miguel Mazzeo (FPDS).
  • Desde Consejo Directivo impulsamos las prácticas docentes en Bachilleratos populares, las equivalencias en idiomas, la elección de director en época de clases, la limitación de bibliografía extranjera, la libre grabación de los teóricos, la encuesta estudiantil sobre las cátedras (al igual que lo propusimos en junta).
  • Conferencia con el dirigente revolucionario campesino Hugo Blanco presentando su libro “Nosotros los Indios”.
  • Cátedras Libres "Nuestra América" y "José Martí"


Te proponemos!
  • Impulsar la reforma del plan de estudios con jornadas abiertas, participativas, masivas y resolutivas.
  • Implementación de la reglamentación sobre adscripciones, con una clara definición del acceso, las tareas y las instancias de formación. También proponemos la existencia de períodos preestablecidos para los llamados.
  • Reglamentación de una selección interna para las designaciones docentes clara, transparente y democrática, con participación de los estudiantes en ella, que garanticen la posibilidad de una pluralidad de miradas. ¡Basta de designaciones a dedo!
  • Efectivizar el claustro único docente para avanzar en la democratización.
  • Establecer un régimen de formación docente en las materias.
  • Instar a los profesores regulares con altas dedicaciones (semi exclusiva y exclusiva) a que dicten seminarios de grado, y no sólo de posgrado.
  • Establecimiento de encuestas estudiantiles sobre las propuestas formativas de las cátedras.
  • Impulso a la democratización del acceso y la información sobre las becas UBACYT y CONICET
  • Impulsar un espacio de pre-juntas donde discutir las problemáticas de la carrera previamente a las reuniones de junta, ya que nosotros no pretendemos auto-representamos ni queremos representar a una fuerza o frente político determinado, sino que queremos ser la correa de transmisión de las inquietudes de todos los estudiantes.
  • Democratización del acceso a los institutos de investigación.
  • Impulsar la interdisciplinariedad.
  • Establecer un vínculo entre la docencia y la investigación.
  • Conformar dentro del departamento una videoteca sobre temas históricos, donde podamos recurrir en caso de interés, necesidad pedagógica o laboral.
  • Que el departamento canalice y organice una buena bolsa de trabajo para los estudiantes y docentes; así como se abran canales de inserción en Museos y Archivos.
  • Que el Depto realice los trámites oficiales para el reconocimiento de la incumbencia del título sobre nuevos campos de inserción laboral, museos, archivos, emprendimientos culturales varios.
  • Funcionamiento en asambleas periódicas.
  • Crear una publicación cuatrimestral de la carrera de Historia sobre problemáticas de interés.
  • Articular con estudiantes de otras juntas para dar batalla en unidad por las problemáticas que atañen a los distintos departamentos.
  • Abrir instancias de prácticas de escritura, trabajo de archivo, investigación y trabajo colectivo-grupal.
  • Fomentar el uso de las nuevas tecnologías y soportes como recursos didácticos de las materias y en la preparación docente.
  • Impulsar jornadas de debate, plural, democráticas y participativas sobre las tareas del historiador que rompa con el ombliguismo academicista.

En Centro e Historia - LISTA 9


La Juntada en Historia

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