domingo, 30 de agosto de 2009

TRINCHERO: “…mi voto no es negativo…”

Como parte del entramado institucional desde donde el bloque de poder produce y regenera su hegemonía, la universidad tiene como rol central la producción de conocimiento y la formación de profesionales, investigadores y docentes. Como toda institución, pero por su historia particular en nuestro país, la universidad se presenta como un terreno de disputas y tensiones, por eso para analizar su papel en la etapa actual habrá que partir de la función que pretenden atribuirle las clases dominantes, y de las condiciones de lucha que generamos en nuestra práctica quienes luchamos por un proyecto alternativo de universidad.

Estos meses próximos presentan esta disputa en otro plano más, el electoral, que no es el único pero es importante. Desde La Juntada siempre apostamos a llenar las calles, a transformar las aulas y las comisiones de reformas de planes y del Centro de Estudiante de debates y discusiones. Sabemos que sin ello no existe un horizonte de victoria posible, pero también creemos que es fundamental dar la disputa institucional en los espacios de co-gobierno con verdadera independencia de los sectores de poder que de un tiempo a esta parte nos han conducido por la senda del ahogo presupuestario, la mercantilización de la educación y el avance privatista sobre la Universidad Pública.

¿CÓMO VIENE LA MANO?

Tras la maniobra del rectorado radical de adelantar las elecciones -para así evitar que se consoliden frentes opositores, como para presionar a sus aliados a cerrar filas y evitar la disgregación- arrancaron las elecciones en algunas facultades de la UBA en los claustros de profesores y graduados (derecho y medicina ya tuvieron sus elecciones que coronaron en el poder a los mismos de siempre) y la semana del 14 al 18 de septiembre todos los estudiantes de las 13 facultades estaremos votando nuestros representantes estudiantiles para los diferentes consejos directivos. Esto no es menor porque esos mismos consejeros estarán, en unos meses, eligiendo al nuevo rector de la Universidad de Buenos Aires. Esos espacios por su composición y estructura son totalmente antidemocráticos ya que permiten a un grupo reducido de profesores regulares ser quienes hegemonizan el 50% de las decisiones de la universidad, dejándonos a nosotros, los estudiantes, y a los graduados (que en su mayoría son docentes) así como a los no-docentes relegados a una escasa representación. De esta manera se tejen y destejen lazos clientelares que han permitido perpetuar en el poder y en los cargos a un pequeño grupúsculo que ha permitido en estos años el avance de la mercantilización en la universidad, convirtiendo al conocimiento que en ella se produce en un bien de cambio que puede ser vendido al mejor postor. La universidad adaptó y sigue adaptando sus estatutos, carreras y posgrados a las necesidades de las grandes empresas y organismos de crédito multinacionales que determinan contenidos acordes a sus intereses, se llevan pasantes e investigaciones a cambio de unos cuantos pesos que le permite a la UBA tapar baches debido a la política extorsiva de ahogo presupuestario que emana del gobierno nacional.

DE LA DÉCADA MENEMISTA...

... A LA DECADENCIA PROGRESISTA

Este proceso de mercantilización del conocimiento fue impuesto parcialmente en la UBA debido a que con la movilización y resis-tencia del movimiento estudiantil y docente organizado logramos frenarlo. Pero nos quedan muchas batallas por librar y por ganar ya que subrepticiamente se han aplicado gran cantidad de reformas regresivas. La nueva LeNES pendiente de ser aprobada en el Congreso Nacional mantiene intactos todos estos linea-mientos mercantilistas de la LES menemista, los recursos propios continúan, el vaciamiento del presupuesto estatal sigue siendo el mecanismos por el cual se obliga a la adaptación de los contenidos académicos, las estructuras de cogobierno siguen siendo antidemocráticas, etc.

El acuerdo entre los distintos bloques del poder (Hallu y los 4 decanos “progres”) firmado en el 2006 permitió la salida normalizadora a la crisis de hegemonía plateada en el 2006. Lamentablemente en ese momento las conducciones de los Centros y la Federación plantearon el conflicto de manera consignista y cortoplacista. Logramos bajar la candidatura de Alterini pero no logramos dar un paso más. Al contrario, ese proceso se cerró en octubre del 2008 con la reforma de estatutos, que lejos de contemplar algunos de nuestros reclamos respecto del co-gobierno, terminó sancionando medidas regresivas como la eliminación de los artículos de bienestar estudiantil que garantizaban la responsabilidad estatal respecto al alojamiento y comida de los estudiantes, así como la ratificación del cogobierno antidemocrático y la profundización de la política de generación de recursos propios por medio de la venta de servicios y convenios con capitales nacionales y transnacionales.

El llamado bloque de los 4 decanos “progres” (Alliaga: exactas, Sorin: arquitectura, Schuster: sociales y nuestro querido Hector Hugo Trinchero en filo), podríamos decir que no logró ningún tipo de oposición al bloque dominante que supuestamente enfrentaban discursivamente. No sólo no articularon con otros sectores combativos sino que fueron perdiendo poder en ese entramado de alianzas que supieron tejer, mientras siguieron, durante sus mandatos, adaptándonos a los ajustes presupuestarios del rectorado, negociaron cargos y porotos e intentaron mantener la conflictividad y los reclamos bajo un manto de normalización, en momentos que docentes y estudiantes de estas y otras facultades nos movilizábamos exigiendo mejores condiciones de cursada e investigación.

Estas alianzas e internas en un año electoral se intensifican. La novedad parece ser, en términos generales, un nuevo avance morado en la universidad. Hace un mes atrás, en pleno receso porcino, se nombró como secretario de hacienda de la UBA a José Luis Giusti (Candidato a legislador PRO), quien ya había estado a cargo de las finanzas en los años en que Shuberoff era rector y se intentó arancelar el ingreso y permanecía a las casas de estudio/o quien comenzó con la adaptación de la educación a los intereses del mercado.

CONTAMINO, LUEGO EXISTO

Pese a este panorama general, los acuerdos entre unos y otros parecen no terminar. El miércoles 26 de agosto el Consejo Superior de la UBA, con la repudiable complicidad del decano autoajustador Hector Hugo Trinchero, junto a Alliaga y Sorín, aprobó aceptar los fondos provenientes de la minera la Bajo la Alumbrera Inc. Este grave hecho se conoció gracias a la compañera no docente Valeria Alonso, que se desempeñaba como Directora de Contabilidad de la UBA (y fue despedida por su denuncia), se hizo pública la maniobra del rectorado de la UBA, encabezada por el, ahora, ex secretario de Hacienda, Hernán Piotti Lopez, de querer hacer pasar los fondos en cuestión como fondos del rectorado y no hacerlos aprobar por el Consejo Superior

Dicha mina de cobre, plata y oro fue descubierta en 1958 y en al año 1995 su explotación pasó a manos privadas, conformando parte del consorcio Bajo La Alumbrera Inc. Este yacimiento, ubicado en la provincia de Catamarca, está denunciado porque ha contaminado toda la región convirtiéndola en un desierto, la contaminación de las napas y los ríos llega hasta las provincias de Córdoba y Santiago del Estero. El año pasado producto de este tema tuvo que renunciar el Vicepresidente de la firma, Julián Rooney, quien actualmente se encuentra procesado por delitos gravísimos relacionados con el medio ambiente. Se ha determinado que la mina no posee una membrana en su fondo que impida filtraciones al acuífero subterráneo sobre el cual está construido y por ello está drenando estos líquidos al mismo, el cual a su vez los está vertiendo a la cuenca Salí-Dulce desde que la mina comenzó su operatoria. Minera Alumbrera también opera en Honduras, donde la minería contaminante es un sector económico concentrado, de gran magnitud, y que a partir de dicha condición apoya a los sectores golpistas de ese país.

Por disposición de la ley 14.441 el 20% de las utilidades de la mina es percibido por YMAD (Yacimientos Mineros “Aguas del Dionisio”) que reparte las ganancias de la siguiente forma: 60% para la provincia de Catamarca, 20% para la Universidad Nacional de Tucumán y el restante 20% es enviado al CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) quien lo reparte entre las Universidades Nacionales que lo componen. La UBA recibe un monto cercano al 20% del total del dinero recibido por el CIN por aplicación de un coeficiente calculado en virtud de la dimensión de cada una de las casas de altos estudios.

Muchas han sido las voces que se alzaron en contra de la percepción por las Universidades de estas sumas, para citar algunos ejemplos: la Facultad de Psicología de Córdoba, AGD UBA, FUBA, el consejo Directivo de la Facultad de Sociales a la vez de innumerables agrupaciones estudiantiles, docentes y no docentes en todo el país, así como también el Premio Nobel de la Paz, Rodolfo Pérez Esquivel quien ha enviado una carta al CIN denunciando todo esto y pidiendo a los rectores que rechacen este dinero, por considerarlo inmoral.

La Universidad ha venido desarrollando distintos programas tendientes a la protección del medio ambiente y ha llegado a aprobar por resolución del Consejo Superior un programa espacial sobre Cambio Climático donde, entre otros temas, se habla de la contaminación y sus efectos. Paralelamente, recibe sin ningún tipo de resquemor, dinero producto de una explotación minera probadamente contaminador. Da así un nuevo ejemplo de que todo aquello que se dice en los discursos políticamente correctos, se borra con el codo ante la codicia y un flujo de dinero que permitirá, por ejemplo, concretar la compra de un nuevo espacio donde darle cabida a las prácticas corruptas y de caja negra que es la Secretaría de Extensión Universitaria.

A la academia parece entonces no importarle que miembros de la sociedad para la que genera conocimiento mueran, se enfermen, pierdan su calidad de vida y sus trabajos en pos de un emprendimiento contaminador y delictivo. Lejos de estar pensando el conocimiento en pos de los sectores populares, los bloques de poder dominantes dentro de la Universidad de Buenos Aires hace negocios que bene-fician y legi-timan a los poderosos capitales.

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