¿Qué Centro queremos?
Es indispensable, entonces, que el CEFyL cuente con una identidad y una política que le sean propias, más allá de la identidad política de la organización que ocupa la presidencia (quienes en el último tiempo han venido confundiendo -¿intencionalmente?- la organización gremial con la suya propia, generando prácticas expulsivas y desmovilizadoras). Esta transformación que proponemos dar para con el CEFyL requiere de una serie de cambios sustanciales a la hora de desplegar política.
En primer lugar, creemos indispensable entender la participación no como un fin en sí mismo, sino como una herramienta dinamizadora del movimiento estudiantil. La participación así entendida no puede quedar nunca reducida a la concurrencia a una [muy] eventual asamblea ni a un voto en elecciones. Debe forjarse cotidianamente, en el día a día, y es responsabilidad de la conducción el generar y garantizar los espacios de debate que sean necesarios para que esto suceda. Sólo así podremos poner en pie nuevamente a un movimiento estudiantil organizado, que luche y sea un sujeto político de peso que aporte al cambio social sin caer en el consignismo vacío y chato ni en las maratónicas marchas marginales a las que hoy asistimos los mismos de siempre. Porque estamos convencidos de que el camino se hace al andar, las marchas, consignas y reivindicaciones deben surgir como el resultado de un proceso, y no “aparecérsenos” como el proceso en sí mismo; deben ser producto del debate y la discusión desde las bases, desde los cursos, entre el conjunto de los estudiantes.
En segundo lugar, y tal como decíamos más arriba, pensamos al Centro de Estudiantes como una organización gremial, no como una bandera, una fotocopiadora o el apéndice de la organización que lo conduce. En este sentido es que, además de tener una política e identidad propia, vemos como punto fundamental en la refundación del Centro la política de extensión. Nos parece indispensable para el desarrollo político del movimiento estudiantil la relación con organizaciones en lucha del campo popular que excedan el ámbito universitario. Pero también vemos que en los últimos años esto ha quedado reducido a un fondo de huelga o una adhesión por parte del CEFyL, con lo que cada vez se pierde más el horizonte de vinculación con “el afuera” que tanto enriquece. Si le sumamos a esto el hecho de que muchos de nosotros, además de estudiar en Filo, militamos por fuera de la universidad (ya sea en un centro cultural, un bachillerato popular, una asamblea, etc.) la ecuación es clara. Desde La Juntada proponemos, entonces, que el Centro se dé una política de extensión real, que permita compartir distintas experiencias de militancia y de lucha para generar un movimiento estudiantil realmente conectado con su entorno social, dejando así de perderse y aislarse en el mundillo UBA.
Como último punto en la refundación del Centro debemos mencionar la cuestión cultural. Muchas veces la creación de cultura se deja de lado o se la considera de segundo orden en el desarrollo político de una organización, pero nosotros creemos que este punto es esencial. Primero, como parte de estos espacios de intercambio que decimos que la conducción de un Centro de Estudiantes debe generar para fomentar la participación y la recuperación del Centro como algo más que una fotocopiadora o un bar. Y segundo (pero no menos importante), porque estamos plenamente convencidos de que la construcción de contracultura es parte de un proceso más amplio de construcción de contrahegemonía, que marcha en paralelo y de forma interdependiente a la construcción de poder popular. Así que, lejos de ser algo secundario, el tema cultural es central.
“Queremos construir un nuevo Centro de Estudiantes cuya radicalidad se mida por su incidencia en la realidad y su capacidad transformadora y no sólo por las palabras en un volante. Queremos un nuevo Centro que se referencie entre los estudiantes no sólo por ser una fotocopiadora, sino un espacio real de participación, organización y lucha que pueda reconstruir el nexo y la confianza entre la organización gremial y los estudiantes. Un Centro transformado y transformador que luche, que gane y que sea un actor de peso que contribuya al desarrollo del campo popular y el cambio social, sin olvidarse de dar respuesta a nuestra cotidianeidad como estudiantes de Filo.”
(Preplataforma 2009)
(Preplataforma 2009)
Balance de Secretarías
Luego de las elecciones del año pasado y gracias al apoyo de muchísimos estudiantes logramos obtener tres secretarías del CEFyL. Y partiendo de concebir a estos espacios no como una mera chapa, sino como espacios de organización concretos del Centro es que nos dimos una determinada línea de trabajo que se demostró en la práctica como similar a la de los compañeros de Los Necios, quienes impulsaban la secretaria de Derechos Humanos.Desde la Secretaría General asumimos la tarea de que toda la información de mayor transcendencia (que debería garantizar la conducción del Centro) le llegue a todos los estudiantes (fechas de reunión de la comisión directiva, resumen de las mismas, actas de carrera, información académica, etc.); porque entendemos que para que los espacios del Centro sean realmente participativos y democráticos un primer (gran) paso es que todos y todas contemos con la información necesaria para poder debatir de igual a igual, ya que es urgente y necesario romper con la separación a la que estamos mal acostumbrados entre el estudiante y el militante -también estudiante-, entre el que conoce y el que no, entre el que hace política y el que no.
Debido a la multiplicidad y complejidad de procesos que se viven en la actualidad y entendiendo que muchos compañeros militan en otros espacios además del universitario, impulsamos la Secretaria de Movimientos Sociales, pensando en romper la burbuja de la facultad y poder vincular nuestro conocimiento y experiencias con el afuera. Entendemos que la solidaridad con los distintos sectores en lucha puede y debe trascender una declaración. Si bien estas medidas son necesarias no agotan las posibilidades de vincular nuestro gremio con otras organizaciones del campo popular en lucha, porque a lo que debemos apuntar es a un enriquecimiento mutuo, un intercambio real entre las diversas experiencias.
La Secretaría de Cultura es un espacio desde el cual nos fue posible canalizar las distintas expresiones culturales que atraviesan la facultad relacionándolas con problemáticas de nuestra realidad. Para nosotros se trata de llevar adelante cotidianamente una tarea que creemos fundamental: la de hacer visibles aquellas experiencias culturales alternativas que contribuyen en la construcción y propagación de un discurso cultural contrahegemónico. Apelando a una cultura popular y transformadora, entendiéndola como una trinchera más donde dar la batalla.
Espacios de Gestión
Ante la ausencia del Estado son las distintas conducciones del Centro de Estudiantes las que se hacen cargo, a través de la secretaría de publicaciones y del bar, de subsanar esto. Si bien vemos como un avance la recuperación de los Centros y de estos espacios -antes en manos de la Franja Morada, quien realizaba sus sucios negociados y llevaba adelante una política privatista a costa de los estudiantes-, creemos que aún falta mucho camino por recorrer.
Entendemos al Centro como un gremio que, sin dejar de dar la pelea por más presupuesto para que el Estado se haga cargo de garantizar el acceso de todos a la educación, debe buscar todas las maneras posibles para que todos los compañeros podamos seguir estudiando. En ese sentido es imprescindible la resignificación de estos espacios, que mediante la transparencia y la efectividad (privilegiando los interés de todos los estudiantes y no de la propia organización) pueda garantizar que todos estudiemos. Porque no queremos un bar, queremos un comedor estudiantil.porque queremos apuntes baratos, y no que los privados se instalen alrededor de la facultad, haciendo negocios con nuestra educación. Creemos que defender nuestras conquistas pasadas (la autogestión estudiantil) nos posibilitará salir a pelear por mejores condiciones para estudiar.
Tanto las anteriores conducciones, como la actual no pudieron garantizar ni una gestión transparente ni efectiva. El mal funcionamiento de estos espacios es ya conocido por todos, al igual que el desconocimiento total de la recaudación mediante balances públicos y la comisión revisora de cuentas, que tiene un funcionamiento irregular. El Bloque (PO y PTS), actual conducción del CEFyL, ni siquiera pudo desarrollar una política conjunta para la administración de estos espacios, llegando al extremo del desentendimiento total por parte del PTS.
Es falsa la dicotomía entre Centro de lucha vs. Centro de servicios. Tener una política de gestión efectiva, transparente, que tenga precios populares y que busque mejorarse en todo momento y al mismo tiempo busque ampliar los servicios del Centro politizando los reclamos gremiales es clave para la construcción de un nuevo Centro, para la construcción de un Centro de todos.
Propuestas
Nos parece necesario que el Centro como tal se dé un espacio para debatir su propia organización. Creemos que esto se puede canalizar a través de la realización de un plenario de discusión, en el cual se traten los temas que nos tocan cotidianamente (LENES, CONEAU, presupuesto, etc.) y que a partir del mismo surjan comisiones donde se discuta más profundamente, que puedan organizar charlas y actividades en torno a esto para que todos podamos informarnos, debatir y tomar una postura acerca de los ya históricos reclamos estudiantiles. Para que estos reclamos dejen de ser una consigna en un afiche, y que todos nos hagamos carne de ellos, para que podamos salir a dar la pelea masivamente.
El Centro de Estudiantes, motor chico del movimiento estudiantilHay que refundar el Centro, viendo en la participación al elemento dinamizador del movimiento estudiantil. Con un rol protagónico de los cursos y una política que supere lo declamativo y aborde las condiciones de cursada, las carreras, los debates acerca del papel de la universidad, y los temas cruciales de la coyuntura nacional e internacional.
Organizar y luchar para vencerVamos por un movimiento estudiantil masivo, organizado y reflexivo. Sin avanzar en este sentido no será posible incidir en la crisis de sentido que atraviesa la UBA, superar la asfixia presupuestaria a la que nos condena el Gobierno Nacional, disputar en serio la producción de conocimiento y avanzar en la democratización.
Defendamos la universidad pública. Construyamos la universidad popularDefender la gratuidad, el ingreso irrestricto, la autonomía es algo fundamental pero no alcanza. Hay que avanzar en un proceso real de democratización del co-gobierno y el acceso y generar un conocimiento comprometido con los sectores populares.
Por la universalización de la cultura y la socialización de la universidadMultipliquemos e impulsemos distintos espacios para la recreación y las actividades artísticas y culturales donde los estudiantes podamos socializar lo que hacemos. Conectémonos con centros culturales y diferentes organizaciones por fuera de la facultad, de los que además participamos muchos de nosotros.
Publicaciones escritasEste año, después de mucho tiempo, salió la revista del centro de estudiantes. Saludamos esta iniciativa, de la cual participamos activamente (escribiendo notas y asistiendo a la comisión abierta). Aún así creemos fundamental ampliar la participación en este ámbito, para que refleje realmente debates existentes en la facultad, más allá de las agrupaciones políticas.
Si las manos son nuestras es nuestro lo que nos danNos proponemos profundizar el trabajo que se viene haciendo desde la Secretaría de Movimientos Sociales en relación a la construcción de un vínculo solidario entre el movimiento estudiantil y las organizaciones en lucha del campo popular. Porque la lucha es una sola: contra este sistema explotador que reproduce la desigualdad impidiendo cualquier manifestación alternativa.
Que la universidad abra sus puertas, o el pueblo las derribaráEl CEFYL debe generar los canales que hagan de nuestras especialidades un aporte a las luchas cotidianas de los sectores sociales más castigados. Trabajando en barrios, en fábricas recuperadas y en cualquier espacio alternativo. Queremos que el CEFYL sea una usina productora de cultura y de trabajo para impulsar el cambio social junto a los sectores populares. Que la Universidad vuelque la producción de conocimiento al servicio de las necesidades populares.
Y en cuanto a los espacios de gestión:Administración
Vemos importante avanzar en una administración centralizada de publicaciones y el comedor, entendiendo que el excedente que pudiera surgir de estos espacios estará disponible para lo que el gremio considere apropiado, de esta manera se democratizarían las decisiones en torno al mismo.
SubsidiosQueremos apuntes baratos y para esto no queremos sólo incrementar el número de becas sino que luchamos por subsidios que permitan bajar el costo de los apuntes para todos los estudiantes.
Comedor estudiantilNo queremos un bar, queremos un comedor de los estudiantes bajo control estudiantil, luchamos por subsidios que garanticen un menú con precios populares de verdad.
TransparenciaCon respecto tanto a publicaciones como al comedor, vemos necesaria la implementación de una comisión revisora de cuentas para poder darle el carácter transparente que queremos alcanzar. Al socializar la información todos nos enteramos de qué es lo que pasa dentro de nuestro gremio y todos nos hacemos responsables de aportar a su buen funcionamiento.
Situación regional, nacional y latinoamericana
Pingüinos en fuga
El año 2009 se caracterizó por la profundización del debilitamiento del gobierno kirchnerista y el preocupante avance de los sectores más conservadores de la sociedad. Ambos fenómenos en el marco de una crisis del capitalismo a nivel mundial y de la aún alarmante fragmentación de las fuerzas del campo popular en nuestro país.Desde el llamado conflicto del campo (que aglutinó simultáneamente a sectores patronales agrarios, partidocracia, ciertas capas medias urbanas, grandes medios de comunicación y hasta algunas expresiones de la izquierda como el PCR, MST e IS) la decisión del gobierno fue seguir transitando cada vez más una opción anti-popular, que se mostró a las claras a partir del alejamiento respecto de los movimientos sociales que incorporó en su seno a partir del 2003, para terminar de lleno presidiendo el aparato prebendario del PJ y cerrando filas con la burocracia sindical, encargada de disciplinar a los trabajadores y obturar posibles desbordes sociales en un contexto de crisis capitalista y lento pero alarmante cierre de fuentes de trabajo.
Aún así, consideramos importante tener en cuenta, que el ocaso del progresismo más verbal que real del oficialismo, no ha sido resultado de una mayor presión por izquierda, popular, organizada y con peso social, sino de la acción constante y eficaz de una oposición muñida de grandes recursos de comunicación masiva y defensora de un modelo aún mas regresivo que el no-redistribuidor modelo kirchnerista. La oposición de derecha no es un todo homogéneo, pero comparte varios puntos en común, busca profundizar y retroceder hacia políticas más claramente privatizadoras, aperturistas y, fundamentalmente, alineadas con los sectores de la burguesía que llevan adelante políticas desestabilizadoras, represivas y contrarrevolucionarias, en otros países hermanos de Nuestra América.
En este marco, los próximos tiempos auguran un intento de consolidación de la derecha más recalcitrante alrededor del siempre vivo Partido Justicialista y de Duhalde, que hará las veces de puente con la derecha liberal. Así lo anuncia la resistencia en bloque a las retenciones, a las estatizaciones de las AFJP y de la transmisión del fútbol, o la campaña mediática frente a la reciente promulgación de la Ley de Medios.
Estas medidas aunque progresivas ante lo pre-existente, son totalmente insuficientes y aisladas en el marco de que se mantiene invariable un modelo agro-extractivo depredador de nuestros recursos naturales, una economía predominantemente privatizada y extranjerizada, y más allá de los discursos, una regresiva distribución del ingreso. En definitiva, no pueden producirse cambios de fondo en nuestro país, sin un proceso que apunte a superar los marcos de un capitalismo dependiente que es anti-nacional y anti-popular por definición. Todo ello es imposible sin alentar la movilización y la construcción de poder popular, que el kirchnerismo se ha encargado de cooptar e institucionalizar del 2001 a esta parte.
Si el sectarismo y la división estéril es un camino que rechazamos por inconducente, no lo es menos la ya vieja receta progresista de optar por "el mal menor". Nuestra tarea pendiente sigue siendo la de construir una verdadera alternativa desde y para el campo popular, siguiendo por el camino de la lucha y la organización.
Arde la Ciudad
En este sentido, la Ciudad de Buenos Aires representa uno de los principales escenarios en el que se desarrolla hoy en día el avance por derecha. Es por eso que, más allá del 24% obtenido por Pino Solanas y un cierto declive en el caudal de votos obtenidos por Gabriela Michetti, desde La Juntada evaluamos con preocupación la consolidación en nuestra ciudad de las fuerzas anti-populares del Pro y sus secuaces pejotistas y consideramos de fundamental importancia la promoción de espacios de unidad en la acción, que resistan y avancen sobre las fuerzas de la reacción. Por esta misma razón, las cuatro fuerzas que constituimos La Juntada participamos activamente de la Coordinadora de lucha en la ciudad, La dignidad no se privatiza, como forma de promover la denuncia concreta en contra de las funestas medidas del gobierno macrista y a su vez planteando en la praxis la necesidad de un movimiento estudiantil que pelee por sus propios reclamos sin dejar por esto de sumarse al accionar del conjunto de los sectores populares afectados por los que están desHaciendo Bueno Aires.La vuelta atrás en el nombramiento del impresentable “Fino” Palacios como Jefe de la Policía porteña, representa un triunfo insoslayable de aquellos sectores que, como la Coordinadora de Lucha, construyen y resisten en el territorio de la Ciudad, así como también, una señal más de que solo construyendo poder popular desde las bases y con la fuerza de la unidad, llevaremos adelante la construcción de una alternativa política para el pueblo pobre y trabajador, del que somos y nos sentimos parte.
La lucha por Nuestra América unida y liberada
En varios países, en particular en Venezuela y Bolivia, tenemos en marcha procesos abiertos de lucha popular y antiimperialista. Es importante, desde nuestro punto de vista, más allá de las opiniones críticas o reservas que podamos tener, que apoyemos y sigamos con atención estos procesos. Sobre todo evitando recaer en la crítica fácil de la diferenciación meramente teórica, como suele hacer la izquierda tradicional argentina, que se la pasa inspeccionando revoluciones ajenas, cuando debería ocuparse un poco más de construir la propia. Porque la realidad es que el pueblo argentino y las fuerzas revolucionarias venimos de una dura derrota histórica y una profunda desorganización. Es fundamental, por lo tanto, que sepamos observar y aprender de los pueblos que se organizan, luchan y avanzan en el marco de los condicionamientos históricos del presente.
El reciente golpe de Estado en Honduras para evitar la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la instalación de bases militares norteamericanas en Colombia, ponen de manifiesto la magnitud de un conflicto social y político que marcará la impronta de los tiempos que se avecinan en América Latina. El imperialismo yanqui (ahora con piel de cordero) y las burguesías autóctonas rechazan todo tipo de ampliación de las bases de participación popular y de alteración profunda, no sólo del capitalismo, sino de la lógica neoliberal misma. Las negociaciones por Honduras realizadas en Costa Rica, que no fueron más que una maniobra del Departamento de Estado para ganar tiempo, ponen esta realidad de manifiesto. Como lo ha señalado el Comandante Hugo Chávez “Mientras tanto, los gorilas intentan estirar los días de su usurpación, de espaldas al mundo. En este contexto, es claro que la supuesta intermediación del presidente Arias, responde sólo a la preservación de los intereses de Estados Unidos: el plan que formuló -y que no estaba entre sus atribuciones- consiste en la vuelta de Zelaya a la Presidencia, pero atado de pies y manos”.
Por eso, no se trata de moderar los caminos o de disfrazar claudicaciones bajo un manto de “realismo”, al contrario, la mejor defensa para nuestros pueblos es el ataque, profundizando la organización y la lucha popular en las calles y los barrios, en las fábricas y los campos, en las escuelas y universidades.
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